sábado, 21 de febrero de 2015

me gusta

Me gusta mucho imaginarme situaciones utópicas a sabiendas de que sus posibilidades de volverse realidad son una en un millón. Me gusta el escenario que mi mente crea, rayando lo ilusorio y a veces lo fantástico, dónde te veo ahí, de trasfondo, como un personaje más de mi vida (aunque no lo seas, aunque no existas). Entonces es cuando invento los diálogos, que bien podrían ser representados en la pantalla grande por Tarantino, unos en dónde vos empezás preguntando cosas casualmente y yo te respondo con esmero, como si se me fuera la vida en eso, como si algo en mi respuesta te pareciera si quiera interesante.

Me gusta porque sé que son solo mis deseos, mis anhelos, algo de lo que nunca vas a saber, algo que nunca te voy a contar, que va a quedar en mi mente o en algún blog, que se va a imprimir en el ciberespacio de internet, pero que se va a perder en un mar de palabras, algunas con más sentido que otras. Por eso me gusta, porque soy callada, porque no me atrevo, porque si eso realmente pasara seguro me congelo y no te contesto, invento alguna excusa vana, que tengo que irme rápido a algún lugar, y entonces pierdo la oportunidad de conocerte. De saberte un poco. Tus manías, tus miedos, tus sueños, no los llegaría a conocer.

Y me gusta pensar, ya que estamos, que es el destino. Entonces entre un trago y el otro empezamos una conversación que nos lleva a preguntarnos qué estamos haciendo ahí, y yo contesto que así se debió dar, y vos me mirás, y miro tus ojos, después tu boca, y lo segundo que sé es que me estás besando. Lo tercero de lo que tomo conciencia, es que nada bueno puede salir de eso. Porque es solo mi imaginación, porque es solo mi cerebro jugándome malas pasadas, y ahora pienso que si alguien leyera mis pensamientos me tildaría de ridícula, soñadora y novelera... Pero después digo qué más da, gracias al cielo nadie puede saber qué estoy pensando.

Y si, me gusta eso, me encanta que nadie pueda saber con exactitud qué esconde mi cabeza (que quitando las dudas de algunos, no, no sirve solo para decolorarse).





lunes, 17 de marzo de 2014

olvidar

Para mí, mientras los recuerdos vivan, no existe el olvido. Más allá de las memorias, ahí lejos en una esquina del corazón, todavía por más pequeño que sea vas a sentir la sensación. Esa sensación de haber vivido, haber amado, y haber sufrido. Aunque sea un poco, en cada latido, en cada respiración, como si por alguna razón el universo no quisiera que nos olvidemos de él. De todo lo que nos hizo vivir. Olvidamos cuando no vivimos. Cuando ya no estamos. Cuando el universo diga basta para mi, basta para vos. Hasta entonces, hay recuerdos. No hay olvido

jueves, 13 de marzo de 2014

historia uno; para siempre

Tronaba y el cielo estaba cada vez más negro. El viento empezaba a arrebatarle los pelos sobre la cara. 
Ana lo miraba triste, con el frío del invierno reflejado en sus ojos y con el aliento helado que salía de su boca. Aún así, él le parecía todo, todo lo bueno y todo lo malo. Él. El cielo y el infierno entremezclados. 
Suspiró y no pudo evitar sonreír por lo que fue. 
-Nos vemos, que tengas suerte, An- y así, como si sólo hubiese sido un fantasma que pasaba por su habitación una noche cualquiera, o un individuo desconocido que la cruzaba en un bar un viernes, él se despedía de ella para siempre. De la mujer que había jurado proteger y amar durante mucho tiempo. "Para siempre" decía a veces. ¿Cuánto tiempo dura un "Para siempre"? 
Ana descubrió que era relativo. Para ella no había acabado. Sin embargo, el amor de su vida, acababa de romper muchas promesas en sólo una frase, acababa de destrozarla con sólo una mirada, y quebró su alma dándole la espalda. Entonces, Aná pensó: 
El para siempre, es el tiempo que a uno le dura el amor. 
Entonces juró, que jamás volvería a hacer promesas en nombre de aquello.
Y rompió en llanto el resto de la tarde hasta que por fin se largó a llover. 

miércoles, 12 de marzo de 2014

Por qué?.

¿Por qué a aveces queremos a gente que no nos quiere? ¿Por qué valoramos a alguien que no nos tiene en cuenta? ¿Somos los humanos, masoquistas por elección? 
-Porque somos estúpidos. 
-Porque el corazón no escucha razones. 
-Si. 

sábado, 21 de septiembre de 2013

Ilusión

Recuerdo que hace no mucho tiempo una persona me dijo "Vivimos en un mundo de ilusiones rotas", no se sí fue su frase, o si era de algún filósofo, pero digno de tal sería. Tan cierto me parece, tan real como pudiera ser. ¿No caemos siempre en lo mismo? ¿En esperanzas vanas?  Nos abrazamos a una ilusión tan fuerte que a veces la despedida duele como la primer caída.
Pero en eso nos basamos los seres humanos, masoquistas desde el origen, en tener esperanzas sin importar el qué, cuándo, o cómo.

martes, 18 de diciembre de 2012


Y que sea lo que tenga que ser, en el momento que se de.
Y espero, realmente espero que sea.